Imágenes Religiosas

 Siente la pasión de la semana Santa a través de nuestras imágenes.

CRISTO DE RESCASTE

 La Talla del Santísimo Cristo del Rescate es una obra salida de la gubia del escultor José Sánchez Lozano.

La obra escultórica es de 1985 y se encargó para sustituir al antiguo Cristo de Medinaceli. Es la última escultura realizada por el artista imaginero, ya que el encargo se produjo estando ya retirado, a la edad de 81 años. Una excepción que se produjo por el cariño que Sánchez Lozano tenía hacia la Cofradía Blanca y por el orgullo que sentía de que una de sus mejores imágenes fuera la titular del Paso Blanco, hablamos de la escultura de Ntra. Sra. la Virgen de la Amargura. Se trata de una imagen de vestir que,  iconográficamente, bebe de las representaciones de los Cristos de Medinaceli y capta el momento del prendimiento de Cristo. Los elementos que destacan de ésta escultura son sin duda la expresión del rostro y el trabajo en las manos. Está portada por 84 costaleros y es escoltado por la Legión.

Cristo aparece coronado de espinas, recreada dicha corona en tonos dorados. Cuando se produjo el momento del prendimiento en Getsemaní, Cristo aún no había sido coronado, pero es habitual encontrar esta representación como símbolo de lo que va a acontecer en un futuro próximo. Por ello en la mayoría de los casos la representación de la corona se suele hacer en tonos dorados, casi como si de una aureola divina se tratara. 

La escultura tiene fuertes influencias del estilo salzillesco, del que José Sánchez Lózano es fuerte deudor, pese a ello, su policromía y tratamiento son mucho más dulces. Aun así la expresión en el rostro está muy presente. Su mirada caída y profunda, está cargada de un fuerte dramatismo y compasión  “(…) no se haga mi voluntad, sino la tuya (…)” Lc 22, 42.

El trabajo de las manos es de especial mención, aparecen entrelazadas y están tratadas con un gran verismo; son protagonistas de la representación, ya que en ellas se ata la cuerda que apresó a Cristo y que inició su Pasión y Muerte. La cuerda que se utiliza es de hilo de oro y con el movimiento de las andas, aporta movimiento y realismo al conjunto.

CRISTO ORACIÓN EN EL HUERTO

Este trono representa la escena de Jesús orando en el huerto de Getsemani, momentos antes de su prendimiento,

y es conocida popularmente como la “Oración en el Huerto”. 

El Trono, tanto la imagen de Jesús como la decoración floral, reproducen fielmente el estandarte que lleva ese nombre y que fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2.005. La talla para vestir de la figura de Cristo, en madera de pino de Flandes, es obra del escultor murciano José Hernández Navarro. Fue adquirida por el Paso Blanco en el año 2.000 para procesionar en la noche del Jueves Santo. 

Actualmente es el único Trono del Paso Blanco que procesiona sobre ruedas.

SAN JUAN EVANGELISTA

La imagen de San Juan Evangelista resume, tallada en madera y policromada, 

una estética plenamente barroca siguiendo los colores iconográficos que le son propios.En actitud de avanzar en el camino a la Salvación, señala con la mano derecha el destino de Cristo, la Calle de la Amargura, mientras con la izquierda porta en Domingo de Ramos la palma suponiendo un cambio de iconografía en Viernes Santo que busca su vinculación al carácter pasionario y triunfal del cortejo.

Siguiendo la estética de las imágenes del Paso Blanco, Castillo Lastrucci representa una figura aislada que ha de ir en solitario, interiorizando al ritmo de la procesión el devenir de Cristo. La imagen apolínea del predilecto de los apóstoles, ahonda sus raíces en la idea de una escultura de volumen único como dueña de su propio entorno que se despoja de la tradición lorquina de vestir las imágenes de procesión. La talla modela unas formas corporales destacables y un delicado ademán a partir del trabajo del manto y la túnica que generan a su caída el volumen evitando la ampulosidad propia de la estética barroca de estas tierras.

STA MUJER VERÓNICA

La Verónica, según la tradición cristiana, fue la mujer que durante el Viacrucis, tendió a Cristo un paño

para que enjugara el sudor y la sangre. En la tela quedaron milagrosamente impresas las facciones del Redentor.

La imagen que procesiona con el Paso Blanco es obra del imaginero murciano D. José Sánchez Lozano, adquirida por el Coro de Damas de la Virgen de la Amargura en el año 1.950 y que fue incorporada a la procesión en el año 1.957. 

Lleva en las manos un encaje blanco sobre el que va bordado en sedas, en la escala de grises, la Santa Faz, y luce manto bordado en plata (único de la Semana Santa de Lorca), con un medallón en sedas alusivo a su encuentro con Jesús, manto que dirigió Manuel Muñoz Barberán en 1.978.

VIRGEN DE LA AMARGURA

La imagen de la Virgen de la Amargura, es obra del imaginero murciano D. José Sánchez Lozano, del año 1.949. 

Con anterioridad existió otra imagen de la Virgen de la Amargura, obra de Francisco Salzillo, pero que fue destruida durante la guerra civil española.

La actual imagen fue coronada canónicamente el 12 de septiembre de 1997, en la Plaza de España, por el Obispo de la Diócesis D. Javier Azagra.

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TALLA

La reconfiguración de la secuencia narrativa de la procesión del Viernes Santo en los tiempos del barroco supuso la incorporación de la advocación de la Virgen de la Amargura pensada para representar la escena inmediatamente posterior a la muerte de Jesús. Los colores iconográficos imperantes en la época y el luto producido por la muerte de Cristo, junto a la actitud de recogimiento y meditación en torno a los signos proféticos del aquel drama, fueron desbancados por Francisco Salzillo por considerarlos anticuados y modos expresivos propios del siglo anterior. El genio trataba de conseguir una imagen más histriónica, más real y comunicativa que se ajustase a la intensidad emocional de un cortejo que se iba dotando de modo paulatino de una puesta en escena más grandiosa. 

El realismo se hizo patente en esta imagen de vestir centrando especialmente la expresión en el rostro. La imagen mostraba amargura y sumisión ante el destino, como se muestra también en los brazos declamatorios, la mirada desconsolada dirigida hacia el Altísimo y en el pálido rostro de textura sonrosada con lágrimas de cristal. El dramatismo de aquella imagen se vio dulcificado en 1949 con la incorporación de la actual imagen de la Titular del Paso Blanco tras la desaparición de la anterior en la Guerra Civil. La contención del carácter dramático, la búsqueda de la belleza y cierto naturalismo idealizado propio del escultor Sánchez Lozano, aleja la imagen de un realismo exacerbado y la acerca a una exquisita belleza que nos acerca a Dios e invita a la devoción por una madre que roza la perfección.