Civilizaciones

«La cabeza de la estatua era de oro puro, el pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos eran de cobre, 33 y las piernas eran de hierro. ¡Pero los pies eran de una mezcla de hierro y barro!» Sueño de Nabucodonosor II

Grupo de Ester y Asuero

Los personajes de Ester y Asuero se inspiran en el Libro de Ester y muestran como Dios se sirve de los más débiles para llevar a cabo sus designios, aun a costa de la voluntad de los poderosos.

El rey persa Asuero (históricamente se debe de corresponder con Jerjes I o su hijo Artajerjes), se desposó con la hebrea Ester desconociendo la pertenencia de ésta a una etnia sometida por Persia.

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Desfilan en bigas a la par y en el manto de ambos se recoge la escena del "desmayo de Ester", cuando le hace ver la injusticia del decreto (instigado por Amán, consejero del Rey) de exterminio de los judíos, que alcanzaba incluso a ella.

La heroína, arriesgando su propia vida, salvó a su pueblo. Ester es en la procesión, otra representación de la Virgen María.

Vasti, la esposa favorita de Asuero y 7 consejeros del Rey (Memucán, Tarsis, Marsana, Merés, Admatá, Setar y Carsena) forman la caballería que da escolta a los Reyes.

Entre todos ellos destaca el manto de Carsena, representando a los eunucos guardianes del salón del trono portando uno de ellos el decreto de su ajusticiamiento tras el intento de atentado contra el rey Asuero. Debido a su gran realismo es una de las obras que ha seleccionado nuestra cofradía como muestra para avalar la candidatura del bordado lorquino a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Nabucodonosor II

Inspirado en el «Libro de Daniel», representa el castigo que infligió Dios a su pueblo por no escuchar la voz de los que hablaban por él, es decir, de los profetas. Sin embargo, también enseña como Dios protege a los que le son fieles, creen y esperan en él y como hasta los grandes de la Tierra se rinden ante la magnificencia de su poder.

El grupo comienza con una infantería bordada a mano al son de la música “El coro de los esclavos”, de la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi.

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A continuación, aparece la gran carroza de Nabucodonosor II inspirada en la Puerta de Isthar. El rey se encuentra sentado en el trono, acompañado de sus consejeros Ariej y Aspenaz. A sus pies sentado se sitúa el escriba de la corte. Asisten a la interpretación por parte del profeta Daniel del sueño de la estatua de oro, plata, hierro y barro, que resulta ser una alegoría de los imperios de la antigüedad.

La cabeza de oro de la estatua representa al propio rey y al imperio Babilónico, el pecho y los brazos de plata al imperio Medo-Persa, el vientre y los muslos de bronce hace referencia al imperio Griego y por último las piernas y los pies de hierro y barro cocido al imperio Romano.

En la parte posterior de la carroza presenta a los tres jóvenes que arrojó el rey al horno ardiente por no haber cometido la idolatría de adorar una estatua de Nabucodonosor.

Por intervención divina, las llamas los respetaron y, desde ese momento, Nabucodonosor dará fe de las maravillas obradas por Dios en su presencia. 

Judit, Holofernes y Aquior

Los personajes del Antiguo Testamento, Judit, Holofernes y Aquior, protagonistas del Libro de Judit son el nexo de unión entre la civilización asirio-babilónica y la judía, a través de la historia Judit, una de las mujeres fuertes de la Biblia, como se expone: Una sola mujer hebrea ha llenado de vergüenzas la casa del rey Nabucodonosor. ¿Mirad a Holofernes derribado en tierra y decapitado (Judit 14, 19)

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JUDIT

Judit es una de las primeras figuras bíblicas que salieron en las procesiones bíblico-simbólicas de la Semana Santa de Lorca, desde que fue implantado este modelo por la Sección de Nazarenos Blancos del Rosario a partir de 1852 y Judit era representada por una niña que desfilaba el Domingo de Ramos. Se trata de una prefiguración de la Virgen María que vence al mal personificado por el general Holofernes.

El personaje de la judía Judit porta un gran manto de 2,75 m de longitud por 1,75 m de anchura bordado en sedas, oro y pedrería sobre terciopelo de color lila. El perímetro del manto va ornado con una bella cenefa con flores bordadas en sedas rojas y rosadas que se insertan en los eslabones del cordón bordado en oro.

Destaca en la parte central del manto un gran medallón de 0,85 m de lado con la figura Judit que destaca sobre un luminoso fondo. La joven judía está representada con el expresivo gesto de una mujer decidida, que empuña con fuerza en una de sus manos la espada con la que cortó la cabeza de Holofernes, cabeza que está sujetada por la otra mano de Judit. Destaca en la imagen el excelente y colorista bordado de la vestimenta, que contrasta con el blanco drapeado de la blusa que cae dejando al descubierto los hombros que dotan a la imagen femenina de la fortaleza de la mujer que salvó al pueblo de Israel.

El medallón está enmarcado por una fina y elaborada cenefa vegetal bordada a  base de roleos cuyo tallo termina en una bonita flor. La cenefa se ensancha en la parte inferior del medallón que está rematada por un racimo floral bordado en oro y sedas.

En la parte superior del manto se dispone un estolón de raso color rojo de 40 cm de longitud por 50 de anchura, que lleva bordado un candelabro vegetal en oro que finaliza en una roseta bordada en oro y en sedas en los tonos rosados.

HOLOFERNES

Holofernes fue el general que a las órdenes del rey Nabucodonosor II  mandaba las tropas que asediaron la ciudad hebrea de Betulia. Esta ciudad fue salvada por Judit, una bella viuda judía que se introdujo en el campamento de asedio de Holofernes, compartió banquete con él y lo embriagó, para después decapitarlo mientras dormía con la propia espada del general. Holofernes es la personificación del mal, la lujuria y el orgullo frente a la castidad y humildad de la judía Judit.

El bello manto de Holofernes presenta una longitud de 2,40 m por 1,30 m de anchura y está bordado en oro y sedas sobre terciopelo de color teja. El centro el manto está ornamentado con un medallón de 48 cm de diámetro con el busto de Holofernes de perfil, bordado en oro con las características barbas rizadas, el ojo almendrado y la corona con cuernos muy del gusto del arte asirio. La parte inferior del manto se adorna con haz de rayos bordado en forma de abanico sobre el que se superpone un candelabro vegetal formado por diferentes tallos de donde parten flores, hojas y palmetas bordados en sedas de tonos morados, blancos y  marrones muy del gusto modernista. El estolón que se superpone en la parte superior del manto presenta motivos semejantes a los de la parte inferior del manto. El manto presenta una fina cenefa a base de lóbulos con enrejado bordado en oro. El personaje lleva un casco de estilo asirio-babilónico.

El diseño del manto, los motivos vegetales bordados y el colorido de las sedas son del gusto modernista y están inspiradas en bordados de los años veinte del pasado siglo creados en los talleres del Paso Blanco.

AQUIOR

El tercer personaje que se incorpora al grupo de la civilización asirio-babilónica es Aquior, el mercenario amonita que formaba parte del ejercito de Holofernes y que al quedar impresionado por la vista de la cabeza decapitada del general Holofernes, se dirige a la ciudad de Betulia donde confiesa a los judíos la verdad de lo acaecido, convirtiéndose a la fe del Dios de Israel y haciéndose circuncidar. La imagen de Aquior atado a un árbol para decir la verdad, es considerada como la prefiguración de Cristo amarrado a la columna.

Aquior viste un traje inspirado en las vestimentas que portan los personajes conservados en los relieves asirios. El traje en dos piezas está bordado en oro y sedas sobre terciopelo blanco y verde. Presenta chaqueta de terciopelo blanco de  0,75 m de largura, un lateral semicircular y una sola manga. Está decorada por un Horus con las alas extendidas bordado en oro y sedas y una cenefa con motivos vegetales 

La parte inferior de la vestimenta, de 1 m de largura, está bordada en sedas y oro sobre terciopelo verde, también presenta lateral semicircular decorado con amplia cenefa vegetal de 25 cm de anchura y en el centro esta bordado un Horus en oro, sedas y pedrería.

La chaqueta y la falda están adornadas con largos flecos siguiendo la tradición de las vestimentas asirias que le dan gran vistosidad y singularidad.

El personaje lleva un casco inspirado en modelos de la época.